LOS IDIOMAS:
EL ESTUDIO DE LENGUAS EXTRANJERAS
Aprender a hablar es una de las primeras habilidades que un ser humano adquiere en su vida. Probablemente sea la primera y más importante habilidad intelectual que todos, instintivamente, adquirimos.
El niño, en sus primeros meses -y años- de vida, siente una necesidad imperiosa de observar todo lo que pasa a su alrededor, al menos en su entorno más inmediato, para entender por qué suceden ciertos fenómenos que, directa o indirectamente, le afectan o tienen consecuencias sobre él en forma de sensaciones o sentimientos como placer, dolor, risa, miedo, etc.
De esta necesidad de entender lo que nos rodea, y ante los estímulos acompañados por sus consecuencias, el bebé los va asociando, y una dimensión especial y exclusiva es la del lenguaje: la comunicación, el intercambio de señales tanto naturales y espontáneas como codificadas. Estas últimas, las señales que para ser descifradas y entendidas necesitan un código, son propias del ser humano, dando origen a nuestro lenguaje y nuestras lenguas particulares
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