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jueves, 1 de febrero de 2018

Grupo "Paraos Mirones"

UNOS AMIGOS MILENARIOS


No se trata de que mis amigos torrijeños, que a continuación voy a describir, tengan tantos años como los primeros patriarcas bíblicos; pero también es cierto que en la Biblia se dice que "para Dios un día es como mil años, y mil años como un día".

El caso es que yo he pasado con ellos más de un día en que mi mente se ha transportado en el tiempo a más de mil años luz, y, si tuviera la suerte de vivir mil años en esta vida o en el cielo, le pediría a Dios permiso para regresar tantos años en el tiempo y revivir aunque fuese uno solo de aquellos días.

Pero -y justo en este preciso instante en que estoy escuchando a Céline Dion cantar "My Heart Will Go On" (B.S.O. de la película "Titanic")-, lo de milenarios lo menciono en el encabezamiento de esta entrada porque los amigos a los que va dedicada los conocí el milenio pasado durante tres o cuatro noches consecutivas (fiestas de la Sementera'1997, Torrijos) y, a excepción de Ángel, no les volví a ver hasta ya entrado por varios años el presente siglo XXI y tercer milenio de nuestra era.

Y es que pertenecemos a una generación no ya de entre-siglos sino de entre-milenios. Y eso se nota.
Ya cuando era niño, a mediados de los 80, se cocía en el aire un hipotético fin del mundo, hacia el año 2000, protagonizado por extraterrestres que invadían nuestro planeta o por el propio afán auto-destructivo de nuestra especie humana, capaz de lo mejor y de lo peor.

Antonio, Javier, Diego, Ismael, Héctor y Ángel -y alguno más que se habría ido- formaban un grupo con fuertes lazos de amistad enraizados en su infancia, que todos ellos compartieron como amigos y casi vecinos de este pueblo mío de Torrijos. 
Así fue hasta que en 2006 regresé con mis padres a este pueblo en que pasé mis primeros años de vida, pero ya con 27 abriles.
Un año después, allá por el otoño, cuando empiezan las clases y la Navidad se acerca por momentos, empecé a verles con asiduidad y salir con ellos alguna que otra noche de sábado-sabadete para vivenciar literalmente unas buenas noches toledanas y liarlas parda y de todos los colores.
Hablando de colores, la primera noche, de regreso en el coche a Torrijos, casi sale el arco-iris sin haber llovido ni hacer sol, pero en todo caso a la pregunta del millón de Ismael casi me salen los colores. Pero colorín colorado, hablar de esa historia ya se ha acabado.

Hay muchas historias dignas de recordar compartidas con este peculiar grupete de colegas, que conmigo éramos siete; historias que, aunque no estén teñidas de tantos colores como el "rain-bow", tienen una inigualable belleza reducida a un solo color, el mejor color: el de la amistad.

 ÁNGEL Y LAS FIESTAS DE LA SEMENTERA DEL 97

Ángel y Élena son dos hermanos de edad pareja a la mía -Elena es de mi quinta, la del 78; de hecho sólo es un mes y una semana mayor que yo. Ángel, trece meses y medio más joven-.
Sus padres, Angelita y Patro, eran amigos del pueblo de mis padres y solían verse con frecuencia. Tienen, además, tres hermanas mayores de las edades de los míos, y en especial, Raquel era buena amiga de mi herrmana Mari Carmen en el colegio.

Entre mis recuerdos torrijeños de antes de irnos a vivir en 1985 a Benidorm, permanece el de muchos domingos por la tarde en que mis padres, mi hermana María -la menor de la saga- y yo, íbamos a su casa después de misa; merendábamos y luego jugábamos los cuatro -Ángel, Elena, María y yo- en su patio trasero de su bastante amplia casa. Éste es uno de mis recuerdos de infancia que con más anhelo guardo en la memoria; por lo menos, en cuanto a amistades se refiere.

Cuando emigramos a Benidorm, empezaron a pasar los años pero cuando veníamos al pueblo de viaje familiar, María y sobre todo yo insistíamos a mis padres que querríamos ver a estos dos amigos antes de regresar de vuelta a Benidorm. Aunque, de hecho, sólo dos o tres ocasiones, a lo sumo, puede decirse que nos vimos en Torrijos después de estar viviendo en aquella ciudad turística del Levante español -aparte de un par de ocasiones que yo recuerde que vinieron ellos a nuestra casa de aquella ciudad turística-. 

Pero fueron suficientes para no olvidarnos mutuamente y, así, a finales de septiembre de 1997, ya a mis 18 años de edad, fuimos a las fiestas de la Sementera de Torrijos a pasar esos días. Y fue entonces cuando Ángel me invitó a conocer a sus amigos a un chiringuito que habían montado en un local alquilado para la festiva ocasión. Allí nos reunimos y allí conocí a varios de los amigos que aquí he calificado de "milenarios" (pues les conocí a finales de milenio y les volví a ver de nuevo ya entrado el presente). Allí estaban, además de Ángel: Antonio y Javier (hermanos), Héctor y Diego. Sólo Ismael fue alguien nuevo para mí en 2007. 

"No eran todos los que son, ni son todos los que eran". Con este dicho -que difiere del original en el empleo de los verbos copulativos- quiero decir, como es de suponer, que allí, en el chiringuito de fin de siglo, había algunos adolescentes que eché de menos al reencontrarlos diez años después; pero, de la misma manera, otros se han añadido nuevos a partir de mi reencuentro. Éramos siete cuando yo me imcorporé definitivamente al grupo, y a día de hoy, en 2018, somos 12 ó más hombres en él -sin contar las respectivas parejas-. 

La música que se escuchaba entonces, a finales de siglo.

Hablar del atardecer de aquel 97 me hace, inevitablemente, recordar vivencias y cosas personales que entonces pasé. Un montón de emociones, pasiones, sentimientos entremezclados con temores, complejos, dudas y pensamientos "trascendentales" a la edad de 18 años que tenía. La ficción y lo paranoico tenía (y tiene) su base en la conciencia de pecado (no digo ya sentimiento de culpa, porque no sé si soy culpable o no de muchas cosas -ahí será que el demonio enreda cuando me acusa y me culpa- pero sí puedo decir -y no me equivoco en ello, porque lo dice Jesús- es que somos esclavos de nuestro pecado -y estoy seguro que ésa es la cruz que tanto me pesaba y pesa desde algunos años antes-; por eso digo "conciencia de pecado". Pues todos somos pecadores; quien no tenga "conciencia de pecado" o miente o no sabe lo que dice.
Conciencia de pecado por mis deslices sexuales -que son inherentes al ser humano y se descubren a esas edades y con los que vamos a tener que lidiar toda la vida, porque el sexo y sus pasiones nos acompaña desde que se despierta hasta que se va apagando con la vejez y definitivamente con nuestro último suspiro-.

Pero ahí está también la música, la gran musa del ser humano, la faceta artísitica más espontánea -desde mi punto de vista, como ya hablé de ello en otra entrada de este blog- del hombre, o por lo menos, la habilidad artística más innata en mí y que, por otro lado, he tenido la suerte de poder cultivar gracias a las oraciones y disponibilidad de mi padre para que así fuese. 
La música siempre ha estado ahí para consolarme y poder sentirla en mi corazón en todo momento. Y en aquella época de mi vida, como a día de hoy, siempre ha estado ahí para ayudarme.
Por eso, la música popular que circulaba por los medios de comunicación y envolvían la vida de la sociedad de aquella época, es prolífica en gran cantidad de éxitos de la música pop tanto española como internacional de la que difícilmente podré olvidarme: Rosana, Pablo Guerra, Amistades Peligrosas, Ella Baila Sola, Jarabe de Palo, Rosario, Back Street Boys, Spice Girls, Céline  Dion, Laura Pausini, etc., por citar sólo algunos.

A continuación incluyo un par de vídeos musicales de sendos hits del momento que, recuerdo, pude escuchar mientras bailaba con mis nuevos amigos en aquella Sementera -así se llaman las fiestas de Torrijos- en aquel chiringuito.

"It's All Coming Back To Me Now" - Céline Dion (1996).

"La Flaca" - Jarabe de Palo (1997).

LOS PARAOS MIRONES

La razón de llamarse así a los componentes de nuestro grupo de amigos es que, según me han contado, en los años "raros y peculiares" -me imagino que los primeros de la primera década del siglo- del grupo, a veces se sentían algo así como acomplejados de siempre hacer lo mismo (en vez de tener éxito ligando): mirar parados; o sea, que la inercia les llevaba a ser tímidos con las chicas y, divagando y hablando de sus cosas, solían acabar casi siempre parados pero sin dejar de mirar a las mujeres que admiraban físicamente.

A continuación, cito los nombres de todos los integrantes del grupo. Pero voy a hacer un pequeño matiz: voy a considerar dos categorías de paraos mirones atendiendo a un simple criterio cronológico: mi propio "ingreso" en el grupo, en 2007. Así, hago distinción entre "Paraos Mirones Clásicos" (los anteriores a mi ingreso) y los "Paraos Mirones Nuevos". Todos somos igual de paraos mirones; pues quiero decir que éste no es más que un parámetro meramente cronológico.

PARAOS MIRONES "CLÁSICOS"

Ángel:

Es el eje, a mi modo de ver, del grupo. Es de notar que es el que más informa de los eventos que solemos celebrar o conmemorar de alguna manera, a medida que se va acercando su fecha. Raro es que no escriba al whatsapp para avisarnos de algún plan para la tarde, para el "fin de", para aprovechar que hace bueno un día de festivo y quedar... También es el que más interés muestra en preguntar a cada uno por lo que sabe que se trae entre manos. Es todo un relaciones públicas, sociales y personales, porque es, ante todo, una persona muy humana y coherente; y, dentro de su vasto bagaje cultural, muy sencillo y natural.

Antonio y Yolanda:

Esta pareja contrajo matrimonio en abril de 2015. Antonio estaba en aquel chiringuito en las fiestas torrijeñas del 97. Recuerda de mí en aquella ocasión que yo pregunté que si el JB lleva alcohol o no -lo cual fue motivo de alguna risa dada de mi inocencia en lo que a la bebida se refiere-. Recuerda, de hecho, muchas de las cosas que digo que de alguna manera son ingenuas o despiertan cierta curiosidad acerca de mi manera de pensar y asociar ideas: juegos de palabras, chistes, frases, manías, matices expresivos...
Fuimos compañeros en 1º E.G.B. con D. Julio Longobardo de profesor (aquel fue mi último año académico en Torrijos antes de emigrar mi familia a Benidorm. Se acuerda que había un compañero en clase que se llamaba Jorge, y que había uno que llevaba botas ortopédicas; al comentarle que yo a esa edad llevaba ese tipo de calzado, dedujimos ambos que se trataba de mí.

Yolanda es de Albacete. Es una mujer muy mujer. Tiene una forma de hablar muy femenina y unos ojos azules chisposos. A pesar de todas mis bromas, comentarios y actitudes, muestra por mí un gran respeto y en el fondo "me comprende". Hay cosas que no se pueden explicar con palabras -o se podría morir en el intento- porque éstas llevan aveces al caos mental y verbal. Yo soy muy susceptible de sufrir esta debilidad, y eso Yolanda -como todos en el grupo- lo nota y lo entiende. Lo mejor: cuando sonríe de verdad.

Javier:

Hermano de Antonio, este hombre es todo un personaje -en el buen sentido de la palabra, porque en este grupo todos somos muy buenas personas-. Tiene una forma de pensar que siempre "salta" cuando tiene que dar su opinión en asuntos políticos, deportivos y sociales. Al hablar o expresarse, suele hacer gala de un razonamiento a la vez autoritario y cómico, con esa chispa que le caracteriza. A menudo, sus características de personalidad ligadas a su segundo apellido -Resino, que es como muchas veces le llamamos- nos inspiran a hacer rimas, en plan broma, con la canción "Rufino", de Luz Casal. Sin querer, solemos caer en el hábito de proferir frases cantadas tales como: "Resino, tienes un aspecto divino" o "Resino, andando se hace el camino" (por citar sólo algunas en plan "light"), etc.   

Diego y Cristina:

Esta pareja ha contraído matrimonio recientemente, hace poco más de seis meses, a finales de julio del año pasado. Diego también, como Antonio y Javier, estaba presente aquel fin de verano de 1997 en la peña-chiringuito en que les conocí. Es aparejador y arquitecto. Tiene una gran afición a los pájaros; creo que tiene una colección de aves domésticas. Es una persona discreta y sociable y de temperamento equilibrado.

Cristina es una mujer que le gusta conversar, reírse y pasar ratitos con nuestro grupo. Le gusta opinar y compartir sus puntos de vista en nuestras tertulias, cuando nos reunimos.

Héctor:

También estaba en el chiringuito de las fiestas torrijeñas del 97, pero con él apenas traté aquellos días. De hecho, no recordaba que él estuviera, si no porque me ha dicho que así fue. Es padre de dos hijos gemelos, Nikola y Marco, quienes pronto cumplirán 6 añitos. Hasta hace no mucho trabajaba en una fábrica de sistemas de riegos, regentada por su padre, según creo. Ahora forma parte de la plantilla de una empresa de informática.
Es el que menos se "deja ver" entre los P.M.clásicos; también puede ser debido al hecho de que ha solido hacer largos viajes y estancias en el extranjero, y además, en ocasiones, a países bastante lejanos, como Vietnam. Tiene un característico sentido de humor lingüístico muy templado... vamos, que hablando o escribiendo puede dejarte suave.

Ismael y Elisa:

Esta pareja de novios está actualmente haciendo preparativos para su inminente boda.
Ismael no estaba aquel año entre los presentes en aquel chiringuito fiestero. Es otro del gremio de los maestros de primaria de nuestro grupo, en su caso de Educación Física. Es una persona con grandes valores religiosos; él y yo solemos conversar con frecuencia de Dios y temas relacionados con la vida cristiana. Es todo un caballero sano y cumplidor. Es, junto a Ángel, el parao mirón que más me suele animar y consolar en mis momentos de ansiedad y angustia.

Elisa es enfermera. Se integró en el grupo el año 2009, cuando empezaba a ennoviarse con Ismael y juntarse a nuestras salidas en las noches de sábado-sabadete toledanas.


PARAOS MIRONES "NUEVOS"

Andrés y Noemí,

Son la primera pareja de paraos mirones en contraer matrimonio, allá por el otoño de 2013. Son padres de una niña y un niño, Natalia y Rubén, de tres y un añito respectivamente.
Andrés entró en el grupo después de mí. Si en 2007, cuando yo pasé a formar parte del grupo, era el séptimo parao mirón, él, que entró por mediación de Ismael en 2009, fue el octavo. Es otro maestro, y también especializado en Educación Física, como aquel.
Noemí es enfermera, como Elisa; Andrés y ella se conocieron en las sesiones mironas de sábado-sabadete toledanas.

Mariano y Olga:

Esta pareja mirona es ya más tardía en cuanto a ingreso en el grupo (allá por 2013 más o menos creo). Mariano y Olga ya estaban casados -y tienen un hijo, Mariano, ya casi adolescente- antes de "parar y mirarse" (me refiero a ingresar en el grupo). Olga es otr más del gremio de maestros/as de primaria, pero no sé cuál es su especialidad; posiblemente sea generalista de primaria. Mariano es hermano de Luis Jacinto, el miembro de "Carpe Díem" que ya mencioné en la entrada dedicada a ese grupo.


Iluminada y Óscar:

Iluminada -"Ilu" para los amigos, y por tanto, entre nosotros normalmente- se incluyó en nuestro querido grupo durante el curso escolar 2007/08. Ella es maestra de primaria -otra del gremio- especializada en Inglés, y compartía piso en Torrijos con Yolanda (quien, por aquel entonces, se empezaba a ennoviar con Antonio. Es una chica abierta, con sentido del humor, y por aquel entonces le gustaba mucho practicar -cosa normal- su inglés. Luego empezó a hacer lo mismo con el alemán.
Cuando obtuvo plaza fija, en 2009, le destinaron "Las Pedroñeras", su pueblo. Desde entonces es, lógicamente, menos asidua su presencia en el grupo, pero seguimos en contacto por whatsapp; y alguna vez que otra se deja ver por aquí en Torrijos. Desde hace poco más de un año, es madre de una niña: Ilu se llama la criatura, como ella (muy guapita, por cierto).

Óscar es músico. No recuerdo qué instrumento toca ni exactamente bien qué hace. Pocas veces le he visto to desde que formaron pareja y le conocí.

Ana y Paul:

Esta pareja vive en Alemania, siendo padres de una niña desde de un año, Lucía.
Ana es hermana de Elisa, la novia de Ismael. Se dedica a la danza, es bailarina artística profesional. Vive en Alemania, donde desde hace muchos años -antes de conocerla allá por 2010 más o menos- está instalada en la clásica ciudad musical de Leipzig. Allí creo que se formó y educó en su danza, y allí ejerce habitualmente -creo-. Es del 80, como Ángel, Javier y Diego. Suele venir a España unas dos veces al año. Ha venido a bastantes de nuestras jornadas de río, y también nos hemos visto en otras fechas, como Navidad, algún año que otro, desde que ingresó en el grupo.

Paul (no sé bien cómo se escribe) es alemán -típico teutón alto y rubio. Sólamente le conozco de una vez que vino al río en verano de 2015. Por supuesto, ha venido alguna vez más a España con Ana, para ver a su familia, pero en el grupo yo sólo le vi aquella vez. Es bastante abierto y simpático; agradable al trato. Recuerdo que valoraba bastante bien mi interpretación riera del Ave María de Schubert y me halgaba y me animaba para que siguiera haciéndolo.

Luis Miguel y Soraya:

Son pareja desde hace unos cinco años. Soraya es muy agradable y simpática; muy guapa, además. De complexión fina, tiene un tipo muy bonito, bonita figura de ojos almendrados y perlas dentadas.
LuisMi empezó a salir con nosotros hacia 2010, cuando se celebraba el mundial de Sudáfrica. Entró en el grupo por mediación de Ismael -quizá porque había sido compañeros de trabajo en algún colegio. Y es que este hombre es también maestro de primaria, especializado en Música -como yo-.
Además de ejercer como profesor de música, forma parte de un grupo musical, en el que él toca el bajo, llamado "Versión Vinilo". Nos invita, por supuesto, siempre que es posible, a sus conciertos.

Soraya, por su parte, es otra maestra más -es notorio el denominador común casi total en el grupo, en cuanto a profesiones se refiere-. Creo que está especializada en Educación Infantil, pero la verdad es que no estoy seguro... Aprobó sus oposiciones a la primera, y creo recordar que con bastante buena nota. No tardará en conseguir la plaza, si es que aun no la tiene -otra cosa que tengo en duda...-. Es la más joven pará mirona -exceptuando a Marianín, el hijo de Mariano y Olga, y a las neonatas Ilu "jr." y Lucía, si tenemos en cuenta a estos "paraetes mironcetes de segunda generación"-.

Y yo.

Creo que no me he dejado a nadie -de los que actualmente formamos plantilla en el grupo, pues es cierto que han desfilado en él otros miembros que ya no lo son, tanto desde que yo soy parao mirón, otoño del 2007, como anteriormente-.

Mañana, por cierto, es día 3 de febrero; el cumpleaños de Ángel. Como además cae sábado, es probable -aunque todavía no lo hemos ultimado- que nos reunamos, como solemos venir haciendo cada año, en el garage de su casa -de la de su madre; la misma en que jugábamos de pequeños- para celebrarlo. Hoy también es el cumpleaños de una de las mujeres, Ana Moratilla Pastor (cumple 38 primaveras), hermana de Elisa, inminente esposa de Ismael -se casan el próximo 9 de junio-. Es ésta una época del año en que muchos de los "Paraos Mirones" celebran aniversario. Por eso aprovechamos para matar varios pájaros de un tiro celebrando cumpleaños múltiple en el susodicho garage.

ANÉCDOTAS PARA EL RECUERDO

Muchas son las anécdotas y episodios curiosos y peculiares -al menos, desde que yo estoy en este singular grupo de amigos- que podemos contar que nos han ocurrido. Cosas que hemos pensado, dicho, de las que nos hemos reído y han marcado momentos cómicos en los paraos mirones. Voy a mencionar algunas de ellas:

1. Nuestras tertulias acerca de los avatares políticos y, en especial, el devenir de España nos hizo, no recuerdo ahora cómo, acordarnos de la siguiente canción de un grupo del pop ochenter español:
"El Imperio Contraataca" - Los Nikis.

2. Mis constantes "porcentajes" acerca de cierto tema controvertido que sólo nosotros conocemos. Y no sólo tal tema, sino el que se pone de manifiesto en la siguiente canción del año 2008 ó 2009, nos ha hecho reírnos bastante en nuestros botellones:

"Tiene Nombres Mil" - Leonardo Dantes.

3. Mi famoso "sexto cubata" en el verano del 2009 en la "Peraleda", parque de Toledo de concentración juvenil para discotecas de verano, botellones, etc.

4. Nuestras reuniones sabático-nocturnas para ver algún partido y cenar en casa de algún mirón (casi siempre en la de Andrés y Noemí en Nambroca, desde que anunciaron su noviazgo, allá por finales de 2010).

5. Mis constantes "juegos de palabras", rimas, dobles sentidos, "calambures" y demás figuras retóricas de las que a veces hago gala para sorprender y llamar la atención.

6. Nuestras "jornadas de río". Llamamos así a los días en que, durante la temporada estival, solemos reunirnos en una piscina natural o una charca próxima sitas en Arenas de San Pedro (Ávila). Allí solemos intentar aprovechar todas las horas de sol que podemos, nos damos unos cuantos baños, comemos, merendamos a base de bocatas (o tortilla de patatas que alguno lleva, y embutido), picoteamos, tomamos alguna birrita, contamos chistes, anécdotas, temas de conversación de los nuestros... Y, cuando el Sol ya declina, sucede a veces, en estas jornadas fluviales, que nos acercamos al pueblo a un local acostumbrado a cenar platos típicos -y donde una o dos veces he llegado a cantar algún "Ave María"-, o a algún concierto veraniego o simplemente a pasear por sus calles al amparo de su agradable ambiente nocturno en esta estación del año.

7. Nuestras incursiones, durante las noches sabáticas toledanas, entre los garitos nocturnos del centro de esta ciudad, de donde han salido, por los menos, dos novias a dos de nuestros mirones que, eventualmente, llegaron a constituirse en sendas parejas y matrimonios.

8. Nuestras reuniones en el garage de la casa de Ángel, donde solemos reunirnos, al menos, una vez al año para celebrar aniversarios (casi todos los paraos mirones los cumplimos entre finales de enero y finales de marzo).

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