EL ORIGEN DE LAS PALABRAS
-Jugando con Letras-
Desde que el hombre es hombre, he aquí que surgió el lenguaje hablado mediante palabras -y su posterior codificación con letras o fonemas (o cualesquiera otros signos escritos u orales)- para designar ideas, conceptos o cosas, que de forma innata apareció como necesidad de ordenar su pensamiento y poder comunicarse con sus semejantes.
Un poco de especulación ancestral
Así, nuestros primeros ancestros, fueron transmitiendo estos signos -al principio, orales; posteriormente, dejando constancia escrita, al principio con cuñas raspando tablillas de arcilla (escritura cuneiforme), posteriormente en papel (papiros), actualmente incluso por medios telemáticos, tecnológicos e informáticos- de generación en generación, como instinto intelectual y propio y exclusivo de nuestra especie, para designar objetos y acciones de primera necesidad en la vida cotidiana. de manera que era posible la comunicación de mensajes cada vez más complejos que los diferenciaban, por ejemplo, de los sonidos naturales vocálicos que el resto de animales emitían como respuesta a sus instintos inmediatos.
Como es lógico suponer, era ésta una manera de comunicarse ideas mediante las "palabras" que debían ser en un principio, un grupo de sonidos vocálicos -y/o consonánticos- que en una determinada tribu o clan -en que convivían y se relacionaban de forma socialmente diferenciada a otros tales- se transmitían de padres a hijos. Así, estas "palabras" -que se iban forjando con el uso habitual que se precisaba de las mismas para comunicarse lo que había que hacer, cómo, con qué, etc.-, lógicamente, debían "heredarse" de forma tradicional inherente a un grupo humano habitante de una determinada zona geográfica por multitud de factores -y así podemos hablar de circunstancias culturales e históricas (e, inevitablemente, económicas y políticas) que van definiendo a las razas, culturas y civilizaciones, imperios y naciones que han ido emergiendo y desapareciendo a lo largo de la historia de la humanidad-.
La Lingüística.
Convergen en el estudio del origen del lenguaje humano muchas disciplinas del saber, y se puede hacer un análisis del mismo en función de multitud de enfoques: historia, geografía, estudio de las culturas, las costumbres, las civilizaciones, los grupos étnicos, la sociedad, la economía y la política (por citar algunos).
Vamos a centrarnos en el clásico enfoque histórico (temporal) y geográfico (espacial) para atender al puramente lingüístico. Si bien la Biblia nos dice que fue la ambición de saber del hombre la que, en el episodio de la torre de Babel (que debía ser un zigurat mesopotámico), provocó la ira de Dios confundiendo y diversificando las lenguas en el mundo que, hasta ese momento, eran una sola; desde mi opinión personal, pienso que, más bien, esta diversificación debió ser gradual y paulatina (no repentina).
Todos los lingüistas están de acuerdo en asumir que todas las lenguas de la placa continental euroasiática -con escasas excepciones, entre las que están el euskera y dos o tres más- responden a un prototipo de lengua común a todas ellas que han venido a llamar "indoeuropeo". Esta protolengua, una lengua imaginaria que sería la raíz común a todas las lenguas que se extienden desde Finisterre hasta el Indo (desde Portugal hasta la India), habría sido "hablada" -con sus muchas variantes espaciotemporales- hace entre 4.000 y 6.000 años. Las lenguas más habladas, conocidas y estudiadas en el mundo -a excepción de las lenguas tribales de África e indígenas de América y las escasas excepciones euroasiáticas antes referidas- comparten rasgos que responden a ese origen lingüístico común.
Así, pues, podemos hablar de una gran familia de lenguas en la actualidad: las lenguas romances (las procedentes del latín, las anteriormente aludidas más el rumano en Rumanía y el romanche en Suiza).
Origen de algunas palabras de nuestro idioma.
España, Barcelona, Torrijos, Tabla, Ciudad, Pueblo, Leer, Contar, Letra, Número, Libre, Siervo, Hijo, Padre, Madre, Palabra, Pan, Cuerpo, Hombre, Monte, Frente, Pie, Diente, Campo, Tierra, Orar, Ver, Ser, Haber, Amar, Gozar, Decir, Escribir, Sentir, Vivir, Cantar, Reír, Llorar, Pulsar, Llamar, Higo, Semilla, Flor, Pez, Toro, León, Saeta, Cabra, Cangrejo, Docente, Discente, Virgen, Vulgar, Fe, Lecho, Pecho, Techo, Hecho, Diestro, Siniestro, Oriente, Occidente, Día, Noche.
Palé, Jamón, Tren, Avión, Mesón, Hotel, Fin.
Cassette, Carné, Internet, Deporte, Fútbol, Tenis, Voleibol, Gol, Set, Kit, Sándwich, Bar, Gay, Raqueta, Pádel, Bádminton, Fax, Chat, Gofre, Barbacoa, Hamburguesa.
Vamos a centrarnos en el clásico enfoque histórico (temporal) y geográfico (espacial) para atender al puramente lingüístico. Si bien la Biblia nos dice que fue la ambición de saber del hombre la que, en el episodio de la torre de Babel (que debía ser un zigurat mesopotámico), provocó la ira de Dios confundiendo y diversificando las lenguas en el mundo que, hasta ese momento, eran una sola; desde mi opinión personal, pienso que, más bien, esta diversificación debió ser gradual y paulatina (no repentina).
El Indoeuropeo.
*Mapa de las familias de lenguas del mundo (El indoeuropeo sería el origen común de todas las lenguas representadas en color rojo).
La Escritura.
Un paso más en la evolución humana como especie y en su historia, es la aparición de la escritura. De hecho, hablamos realmente de "historia" cuando ya nos basamos en testimonios de documentos escritos para saber qué hizo el hombre a partir del mismo momento en que aquella apareció. Por ello, la Historia propiamente dicha comienza en la época en que datan estos primeros testimonios escritos. Antes de este hito, hablamos de Prehistoria.
¿Y cómo surgió la escritura?
La utilidad que lógicamente debía tener la escritura y, por tanto, la necesidad de su invención, debía ser la de dejar constancia de un mensaje que no se podía transmitir por vía oral; bien por estar distanciados emisor y receptor en el espacio (y ser enviado el mensaje en su soporte mediante mensajeros a su destinatario) o incluso en el tiempo (dejar constancia para que un lector futuro, quien quiera o cuando quiera que fuese, pudiese acceder al pensamiento del emisor). Es esta última utilidad diacrónica de la escritura para la transmisión de mensajes en el tiempo la que, evidentemente, debió motivar a los historiadores consensuar que la aparición de la escritura signifique el comienzo de la historia (pues son las primeras palabras que han sido grabadas y que han podido perdurar en el tiempo; sin la tergiversación que, inevitablemente, sufren los mensajes por tradición oral).
Religión y Escritura. Lenguas Sagradas. El Sánscrito.
Inherente a los primeros documentos escritos es la literatura religiosa. El hombre, tan pronto como inventó sus primeros sistemas de escritura, aprovechó esta herramienta para transmitir sus ideas de generación en generación, siendo las religiosas aquéllas cuya necesidad de transmisión era de primer orden, dada su trascendencia (nunca mejor dicho).
De hecho, las tablillas de arcilla sobre las que apareció la "escritura cuneiforme" (detallada en el siguiente apartado), además de ser el primer soporte de escritura conocido, se trata del que se hizo uso en la tierra de Mesopotamia (entre los ríos Tigris y Éufrates, pues de ahí su nombre "meso-pótamos", -"entre aguas" o "entre agua y agua" sería traducción fiel-. Dichos ríos desembocan muy cerca el uno del otro, en el actual golfo Pérsico, extendiéndose hacia el oeste), y ésta, no es otra que la zona del planeta de donde fue oriundo el primer Patriarca del Antiguo Testamento, el padre de los creyentes y del pueblo de Israel: Abraham.
Los primeros textos que posteriormente conformaron la Biblia debieron dejarse plasmados pues, sobre este tipo de tablillas.
Escritura Cuneiforme.
El soporte de los primeros documentos escritos de los que tenemos constancia son tablas de arcilla compacta sobre las que, con una especie de cuña, se punzaba para dejar impresos ciertos signos (que denotan que su ejecución hubo de ser de esta manera). De ahí que se le llame "Escritura Cuneiforme". Al quedar completamente seca el arcilla, los signos en ella grabados quedan prácticamente inmortalizados.
Por cierto, y empiezo ya así a exhibir mi habilidad de deducir el origen de palabras; en este caso, el de un término: "acuñar" (en sentido figurado), significa "patentar" una palabra, un nuevo término, dar un nombre a algo por primera vez. Pues bien, estoy seguro de que se emplea para esta idea la palabra "acuñar" porque de esta manera, acuñando, es como se plasmaban las primeras palabras escritas por nuestros ancestros.
Por cierto, y empiezo ya así a exhibir mi habilidad de deducir el origen de palabras; en este caso, el de un término: "acuñar" (en sentido figurado), significa "patentar" una palabra, un nuevo término, dar un nombre a algo por primera vez. Pues bien, estoy seguro de que se emplea para esta idea la palabra "acuñar" porque de esta manera, acuñando, es como se plasmaban las primeras palabras escritas por nuestros ancestros.
*Es la escritura cuneiforme denominada como tal atendiendo al criterio según el soporte sobre el cual se representa la palabra escrita; pero, a continuación, paso a describir brevemente dos tipos de escritura para cuya denominación se ha atendido al criterio según lo que los signos escritos representan: la jeroglífica y la alfabética.
Escritura Jeroglífica.
Es la escritura propia del antiguo Egipto, el de la época faraónica. Se trata, pues, de un tipo de escritura que perduró durante varios milenios, cuyos orígenes se deben remontar a hace casi 5.000 años.
Los jeroglíficos eran representaciones pictóricas que simbolizaban acciones, ideas, personas o cosas. Abundaban en las pirámides y demás monumentos funerarios que los egipcios construían a sus faraones. Más que simples grafemas, eran casi dibujos; debía haber una gran cantidad de "dibujos" diferentes para cada idea o cosa, cuya interpretación debía ser lógica pero su elaboración lenta y compleja. No había código, sino que su elaboración debía ser arbitraria y dejada al contexto que el lector debía previamente conocer para la interpretación de tales signos.
Los jeroglíficos eran representaciones pictóricas que simbolizaban acciones, ideas, personas o cosas. Abundaban en las pirámides y demás monumentos funerarios que los egipcios construían a sus faraones. Más que simples grafemas, eran casi dibujos; debía haber una gran cantidad de "dibujos" diferentes para cada idea o cosa, cuya interpretación debía ser lógica pero su elaboración lenta y compleja. No había código, sino que su elaboración debía ser arbitraria y dejada al contexto que el lector debía previamente conocer para la interpretación de tales signos.
El Alfabeto.
"Alfabeto" es una palabra compuesta de dos vocablos que aluden a la primera y segunda letras del sistema de grafías que simbolizaban a cada sonido de la lengua griega clásica: Alfa (que dio origen a nuestra "A") y Beta (a nuestra "B"). El alfabeto griego es el origen del posterior adoptado por los romanos, y sentó las bases del alfabeto que tenemos en común, con pequeñas diferencias, todas las lenguas de nuestra cultura y civilización occidental. El alfabeto del griego clásico procede a su vez del de otras lenguas coetáneas o anteriores; sobre todo del fenicio. El alfabeto más antiguo conocido es quizá el del sánscrito, lengua más antigua de textos religiosos por excelencia.
El alfabeto es la lista ordenada de grafías que simbolizan cada una a un fonema de una lengua determinada. ¿Qué es un fonema? (de "phonos" -sonido o voz, en griego-). "Fonema" es un sonido concreto diferenciado de otros mediante discriminación de rasgos distintivos. En otras palabras, es un sonido que es esencialmente necesario distinguir entre otros para ascociarlo a una letra (grafía) concreta de un alfabeto.
Así pues, el alfabeto es la lista ordenada de las letras o signos gráficos de las que nos servimos para formar palabras escritas y articular nuestro lenguaje escrito. Es el código que reduce a escasamente 30 signos diferentes (en español, 28; en griego clásico eran 24) que representan a otros tantos sonidos susceptibles de ser diferenciados en una lengua concreta.
Las lenguas clásicas. El origen de nuestra cultura occidental.
-Griego-
Como he señalado anteriormente, el griego clásico es la lengua que ha cimentado las bases del alfabeto y gran parte del léxico de cualquier lengua de hoy en día -al igual que ocurrió con el arte, las ciencias, el pensamiento, el sistema político y todo lo que envuelve a la cultura de esta civilización de la antigüedad clásica, de la que nuestra cultura actual occidental es el producto de su natural evolución en Europa desde hace unos 3.000 años-.
Los helenos eran los antiguos griegos (Grecia era la "Hélade"; de ahí el imperio heleno y el helenismo). El Helenismo es el nombre que recibe el arte y la cultura en general que se prodigó por influencia del imperio heleno en la época de su máximo esplendor, allá por los siglos V y IV antes de Cristo (época del emperador Alejandro Magno y los grandes filósofos -Sócrates, Platón, Aristóteles-). Son los siglos de la Grecia clásica. De ahí que a la lengua griega de este período y a la coetánea latina -la del imperio romano, que sucedió al heleno como gran poder político en el Mediterráneo- se les haya catalogado tradicionalmente como las "lenguas clásicas" por excelencia.
Grecia y Roma sentaron conjuntamente las bases de la cultura actual occidental. Grecia fue la piedra angular. Los romanos copiaron y asimilaron la cultura griega.
Pero Roma no sólo copió, sino que asimiló eficazmente toda la cultura helena y la romanizó, haciendo perdurar esta tradición grecorromana hasta su desaparición como imperio (caída del imperio romano de oriente -Constantinopla- en 1453).
Así, la lengua latina ha sido la que, después de recibir la influencia griega, y en gran medida gracias a la Iglesia, ha podido mantenerse viva todos esos siglos hasta que en el XV, con la desaparición del imperio y la llegada del Renacimiento y el humanismo -como nuevas corrientes artística y de pensamiento, respectivamente- y el surgir de los estados nacionales de la Europa de la nueva edad moderna, empezaron a divulgarse, independizándose definitivamente del latín, las nuevas lenguas vernáculas procedentes de aquélla (español, francés, italiano, portugués, etc.).
Pero el latín continuó empleándose como lengua oficial del culto religioso y litúrgico en la Iglesia hasta tiempos recientes, pues, como bien sabemos, nuestros padres solían aún oír misa en esta lengua hasta que el Concilio Vaticano II (1967) permitió las lenguas modernas en las celebraciones eucarísiticas. (De ahí la importancia que tenía la enseñanza del latín en la escuela hasta mediados del siglo pasado).
-Latín-
Pero Roma no sólo copió, sino que asimiló eficazmente toda la cultura helena y la romanizó, haciendo perdurar esta tradición grecorromana hasta su desaparición como imperio (caída del imperio romano de oriente -Constantinopla- en 1453).
Así, la lengua latina ha sido la que, después de recibir la influencia griega, y en gran medida gracias a la Iglesia, ha podido mantenerse viva todos esos siglos hasta que en el XV, con la desaparición del imperio y la llegada del Renacimiento y el humanismo -como nuevas corrientes artística y de pensamiento, respectivamente- y el surgir de los estados nacionales de la Europa de la nueva edad moderna, empezaron a divulgarse, independizándose definitivamente del latín, las nuevas lenguas vernáculas procedentes de aquélla (español, francés, italiano, portugués, etc.).
Pero el latín continuó empleándose como lengua oficial del culto religioso y litúrgico en la Iglesia hasta tiempos recientes, pues, como bien sabemos, nuestros padres solían aún oír misa en esta lengua hasta que el Concilio Vaticano II (1967) permitió las lenguas modernas en las celebraciones eucarísiticas. (De ahí la importancia que tenía la enseñanza del latín en la escuela hasta mediados del siglo pasado).
Las lenguas actuales. Familias de lenguas.
Actualmente, aquellas lenguas procedentes del latín pertenecientes a los diversos países que se fueron conformando como estados modernos en Europa a partir de finales del siglo XV -el primero fue España, en 1492, a partir de la unificación de las Coronas de Castilla y Aragón en el Reino de España- (como hemos mencionado: el español, el francés, el italiano y el portugués y otras minoritarias de tales países, que se hablaban en regiones concretas de ellos, como el catalán -en parte de la antigua Corona de Aragón-, el occitano -o lengua d'Oc, en el sudeste de Francia- y otras) fueron evolucionando hasta ser lo que son hoy en día.
Se debe señalar que todas éstas ya se habían ido formando como dialectos del latín. El español (en un principio llamado "castellano" y aun hoy en día, pues antes de la unificación con Aragón en el actual "Reino de España" por los Reyes Católicos en 1492 -como ya he señalado- era sólo lengua propia del Reino de Castilla), por ejemplo, se formó en la zona de Cantabria, así como el gallego-portugués lo hizo en Galicia, el aranés en el valle de Arán y el catalán y sus dialectos -valenciano, mallorquín...- se originaron en la zona norte de Cataluña. Todas estas lenguas romances -del latín, lengua oficial del imperio romano- se formaron en dichos territorios hace ya más de 1.000 años, a juzgar por los testimonios de documentos escritos que se han hallado en códices, glosas y otros documentos de la literatura castellana, gallega y catalana antiguas, cuyas primeras manifestaciones en todas estas lenguas peninsulares son de finales del primer y comienzos del segundo milenio de nuestra era.
Otras dos familias de lenguas -no menos importantes- de Europa, son:
- las lenguas germánicas: alemán, inglés, holandés, flamenco, noruego, sueco, danés, etc.
- las lenguas eslavas: ruso, serbo-croata, esloveno, eslovaco, polaco, búlgaro, etc.
Nuestra lengua: El Castellano o Español.
El castellano tuvo su origen en la evolución del latín vulgar que se hablaba en la zona de Santander a partir del siglo IX ó X, cuando los cristianos de toda la Península -que hablaban un latín vulgar, propio del ejército romano al invadirla siglos antes e incorporarla a su imperio- se replegaron hacia el norte de la misma ante la invasión musulmana proveniente del norte de África a partir del año 711.
Desde Santander, el castellano se fue extendiendo en forma de cono invertido hacia el sur, a medida que los cristianos -que hablaban aquel latín vulgar que ya empezaba a tener características propias diferentes del latín original- comenzaban el proceso de la Reconquista. Así, siguiendo esta orientación de "cono invertido" hacia el sur, los cristianos que hablaban esta nueva lengua -ya diferenciada del latín- fueron conquistando las zonas de la hasta hace poco Castilla-la Vieja y posteriormente Castilla-la Nueva, de ahí que a la nueva lengua se la llamase "castellano" y a estas zonas de la península "Castilla", puesto que estos cristianos iban ganando dichos territorios a los musulmanes poco a poco, a lo largo de ocho largos siglos de Reconquista, y en cada territorio conquistado construían castillos que a su vez, servían de fortaleza de defensa contra los "moros".
Así, a base de ganar territorio a los musulmanes, batalla tras batalla, los cristianos que hablaban nuestra incipiente lengua iban extendiendo el uso de ella, asentándose por las actuales tierras castellanas de ambas mesetas del centro peninsular, dando lugar a la tierra y el Reino de Castilla. Hasta que, tras casi ocho siglos de Reconquista, los cristianos lograron ganar a los moros hasta su último reducto en Granada, cuyo reino musulmán fue despojado por los castellanos cristianos el 2 de enero de 1492.
Ese mismo año, además, fueron expulsados los judíos de la península y Cristóbal Colón, al mando de tres naves, descubrió América, atribuyendo dicha hazaña a los Reyes Católicos -Isabel de Castilla y Fernando II de Aragón-, que habían contraído matrimonio algunos años antes, uniendo ambos reinos, Castilla y Aragón, en uno solo: el actual Reino de España, que se estableció definitivamente como tal aquel año de 1492, una vez conseguida la unidad cristiana en todo el territorio que hoy conocemos como España.
Ese mismo año, además, fueron expulsados los judíos de la península y Cristóbal Colón, al mando de tres naves, descubrió América, atribuyendo dicha hazaña a los Reyes Católicos -Isabel de Castilla y Fernando II de Aragón-, que habían contraído matrimonio algunos años antes, uniendo ambos reinos, Castilla y Aragón, en uno solo: el actual Reino de España, que se estableció definitivamente como tal aquel año de 1492, una vez conseguida la unidad cristiana en todo el territorio que hoy conocemos como España.
*Historia del origen de la lengua castellana.
Nuestro idioma, a lo largo de su evolución, ha recibido la influencia de otras con las que ha compartido su existencia en los territorios en donde se iba difundiendo. Las lenguas en contacto influyen unas sobre otras de manera que los avatares de la historia y las circunstancias sociales, comerciales, etc., provocan inevitablemente más o menos cambios en una lengua de generación en generación.
El castellano, como sabemos, proviene del latín, pero se trataba de un latín vulgar que los guerreros romanos hablaban fruto de los cambios que aquella lengua iba sufriendo conforme recibía influencia de palabras, expresiones, etc. de los pueblos vencidos que encontraban a su paso. Este latín ibérico se habló en la península, con sus variantes geográficas. Sufrió las invasiones, primeramente, de los suevos, vándalos y alanos, procedentes del norte de Europa. Más tarde, de los visigodos, cuya influencia en aquel latín dejó un importante sobrestrato*1. A comienzos del siglo VIII, los musulmanes procedentes del Norte de África empiezan a invadir la península por el sur de la misma; es entonces -como antes he apuntado- cuando los cristianos que hablaban el latín heredado emigraron progresivamente al Norte de la península, quedando casi toda ella -excepto el norte- invadida por los moros.
Desde el Norte, se originaron y empezaron a difundirse todas las lenguas peninsulares de hoy en día, extendiéndose hacia el sur, conforme los cristianos reconquistaban territorios a los musulmanes. En Galicia, el latín evolucionó hacia el gallego (que extendiéndose hacia el sur, dio lugar a la lengua que hoy se conoce como portugués); en Asturias, al asturianu y sus bables actuales; en el valle de Arán, el aranés; y en Cataluña, el catalán que, extendiéndose hacia el sur, se estableció también su uso en las actuales Comunidad Valenciana e Islas Baleares -además de en otras pequeñas zonas-.
En Cantabria es donde el latín vulgar del siglo X allí hablado empezó a evolucionar hacia nuestra lengua castellana, extendiéndose, como ya he descrito, hacia el sur, imponiéndose a las demás nuevas lenguas que se iban propagando en esta dirección durante los siglos de Reconquista, siendo la lengua que llegó a abarcar casi todo el territorio peninsular (exceptuando los de alcance de las lenguas descritas anteriormente).
El castellano, al provenir directamente del latín, es una lengua cuyas sus palabras proceden en su mayoría de aquélla, y sus componentes gramaticales son muy similares a los de las demás lenguas romances. Sin embargo, a lo largo de sus más de 1.000 años de evolución (desde la aparición de los primeros indicios históricos de nuestra lengua como tal, en las denominadas glosas silenses y emilianenses, las "jarchas" -pequeñas notas en castellano escritas en los márgenes de poesía árabe, explicativas de ésta-), los avatares históricos han dejado huella en ella a través principalmente de esos largos siglos de ocupación musulmana en la Península (unas 8.000 palabras de nuestra lengua española actual proceden del árabe).
Una vez desterrados los musulmanes (o convertidos al cristianismo) en 1492, desde que España se constituyó como tal hasta el día de hoy -el primer Estado moderno de Europa-, la lengua castellana -o "español"- ha sufridos tantos cambios como los que se pueden observar desde aquella primera Gramática Española de Elio Antonio de Nebrija -publicada, precisamente, en 1492- hasta la lengua española que hablamos en nuestros días. En los siglos XVIII -época de la Ilustración francesa- y XIX, recibió muchos galicismos (neologismos de origen francés), por la época de esplendor que culminó con el Rey Sol Luis XVI y la posterior revolución francesa y época napoleónica. Ya en el siglo XX, con los nuevos medios audiovisuales de comunicación y el cine, proliferaron los préstamos del inglés; y a través de las nuevas tecnologías, hasta el día de hoy, bien entrado ya el XXI.
En Cantabria es donde el latín vulgar del siglo X allí hablado empezó a evolucionar hacia nuestra lengua castellana, extendiéndose, como ya he descrito, hacia el sur, imponiéndose a las demás nuevas lenguas que se iban propagando en esta dirección durante los siglos de Reconquista, siendo la lengua que llegó a abarcar casi todo el territorio peninsular (exceptuando los de alcance de las lenguas descritas anteriormente).
El castellano, al provenir directamente del latín, es una lengua cuyas sus palabras proceden en su mayoría de aquélla, y sus componentes gramaticales son muy similares a los de las demás lenguas romances. Sin embargo, a lo largo de sus más de 1.000 años de evolución (desde la aparición de los primeros indicios históricos de nuestra lengua como tal, en las denominadas glosas silenses y emilianenses, las "jarchas" -pequeñas notas en castellano escritas en los márgenes de poesía árabe, explicativas de ésta-), los avatares históricos han dejado huella en ella a través principalmente de esos largos siglos de ocupación musulmana en la Península (unas 8.000 palabras de nuestra lengua española actual proceden del árabe).
Una vez desterrados los musulmanes (o convertidos al cristianismo) en 1492, desde que España se constituyó como tal hasta el día de hoy -el primer Estado moderno de Europa-, la lengua castellana -o "español"- ha sufridos tantos cambios como los que se pueden observar desde aquella primera Gramática Española de Elio Antonio de Nebrija -publicada, precisamente, en 1492- hasta la lengua española que hablamos en nuestros días. En los siglos XVIII -época de la Ilustración francesa- y XIX, recibió muchos galicismos (neologismos de origen francés), por la época de esplendor que culminó con el Rey Sol Luis XVI y la posterior revolución francesa y época napoleónica. Ya en el siglo XX, con los nuevos medios audiovisuales de comunicación y el cine, proliferaron los préstamos del inglés; y a través de las nuevas tecnologías, hasta el día de hoy, bien entrado ya el XXI.
-DEL GRIEGO-
Biblia (libros), -Teca (depósito), Biblioteca (depósito de libros), Helio- (Sol), Geo- (Tierra), Sélene (Luna), Ántropos (hombre), Gine (mujer), -logos (Ciencia, razón). -lego (palabra), Morfos (forma), Mono (uno), Poli (varios, muchos), Homo (mismo), Hétero (otro, diferente, diverso), Tele- (remoto), Foto- (Luz, imagen), Fono (Voz, sonido), Grafía (Dibujo), Paleo- (Antiguo, viejo), Neo- (Nuevo, joven), Lito- (Piedra), Mega- (Grande), Giga- (Gigante), Cronos (Tiempo), Topo- (Lugar), Cromo (Color), Sin- (Junto a, con), Dia- (A través de), Eu- (Bueno), Caco- (Malo), Trofos (Alimento), Auto- (a sí mismo, por sí solo), -Filia (Afinidad, amistad), -Fobia (Repelencia, enemistad), Demo- (Popular), Teo- (Dios), Anfi- (Ambos), Gastro- (Estómago, vientre), Optos- (Ojo), Bio- (Vida), Tánathos (Muerte).
-DEL LATÍN-
España, Barcelona, Torrijos, Tabla, Ciudad, Pueblo, Leer, Contar, Letra, Número, Libre, Siervo, Hijo, Padre, Madre, Palabra, Pan, Cuerpo, Hombre, Monte, Frente, Pie, Diente, Campo, Tierra, Orar, Ver, Ser, Haber, Amar, Gozar, Decir, Escribir, Sentir, Vivir, Cantar, Reír, Llorar, Pulsar, Llamar, Higo, Semilla, Flor, Pez, Toro, León, Saeta, Cabra, Cangrejo, Docente, Discente, Virgen, Vulgar, Fe, Lecho, Pecho, Techo, Hecho, Diestro, Siniestro, Oriente, Occidente, Día, Noche.
-DEL ÁRABE-
-Agricultura: Arroba, Algarroba, Alcornoque, Albaricoque, Almendra, Alubia, Abeja, Abeto, Abedul, Acacia, Aceite, Ácido, Agua, Alfalfa, Aljibe, Agrio, Amargo, Almeja, Alpiste, Alga, Berenjena, Berberecho.
-Varios: Albufera, Aldea, Alcázar, Alminar, Almadraba, Ajedrez, Ajuar, Alfiler, Alfombra, Albóndiga. Alcalde, Alférez, Alguacil, Alcaide, Algoritmo, Álgebra, Algarabía, Bereber
-Topónimos: Albacete, Albatera, Albaicín, Alcarria, Alcalá, Alcira, Algar, Albarreal, Alcántara, Alpujarras, Almería, Alhambra, Albarracín, Almansa, Almusafes, Almoradí, Alcobendas, Alcorcón, Algeciras, Altea, Alcaudete, Almagro, Alcolea, Almuñécar, Argelia, Benejúzar, Benisa, Benidorm, Benicásim, Beniardá, Benifato, Benichembla, Benicarló, Benimantell, Benimagrell, Benijófar, Benalmádena, Guadalest, Guadalupe, Guadalquivir, Guadiana, Guadix, Guadarrama.
-DEL FRANCÉS-
Palé, Jamón, Tren, Avión, Mesón, Hotel, Fin.
-DEL INGLÉS-
Complejo pero un buen análisis. Hemos sido creados para relacionarnos y el lenguaje es un aspecto muy necesario para la comunicación y para las relaciones.
ResponderEliminarYo lo hago todo sencillo, para mí el origen de las palabras es Dios. 😊❤️