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domingo, 3 de julio de 2016

Mi familia

          Nací en Toledo, un 19 de diciembre de 1978. Séptimo de una numerosa familia de ocho hermanos, desde temprana edad pude acostumbrarme a notar el calor familiar cotidiano de una familia tal. En mis primeros recuerdos están mis hermanas y sus canciones y juegos, incluso sus amigas; mis hermanos enseñándome cómo jugar con esto de tal o cual manera y sus consejos, las palabras y cosas que unos y otras me enseñaban, amén de mi padre con las horas del reloj, el Padre Nuestro y el abecedario... y muchas más cosas. He de decir que tengo una memoria privilegiada y que podría aburrir al lector con una lista detallada de recuerdos sobre aquellos 4 ó 5 primeros años de mi vida. Baste señalar que fueron inolvidables e irrepetibles y los recuerdo con muy tierna nostalgia.

*Esta canción -"El caracol"- me remite a muchos de aquellos recuerdos de mis 5 y 6 años de edad. (El vídeo y el enlace anteriores reproducen en youtube la canción del mismo nombre y haciendo click en el siguiente se escuchan otras seis canciones del mismo álbum que también me gustaban y gustan mucho; aquella cassette que me regaló Carlos Alemany, amigo sacerdote de mi hermano Pedro Miguel, allá por 1984).


          Puestos a hablar de mi familia, me gustaría, eso sí, hacer un pequeño informe descriptivo de mis familiares: padres, hermanos y hermanas, y mi abuelo. Estas son las once personas, incluido yo, de las que tuve por primera vez conciencia de constituir lo que yo siempre he llamado "mi familia". Voy a hablar de los tres más mayores, mi abuelo y mis padres, mencionando algunas de las cosas a destacar de ellos, y haciendo hincapié en su relación conmigo:

          - Mi abuelo materno, Modesto: Nacido el 12 de enero de 1903, en Sigüenza (Guadalajara); fallecido el 10 de mayo de 1989, en Villajoyosa (Alicante).
          *Murió cuando yo tenía 10 años, de enfermedad: una hernia.

            De él recuerdo sus compañías en su habitación de la primera casa en que viví en Torrijos durante mi infancia. Trabajaba en su buró con sus recortes de madera, pegamento, montando y desmontando figuritas de Belén. Recuerdo un barco reproducido a escala de unos 40 cms. de largo, con todos sus detalles; una obra artesanal hecha a mano con paciencia y laboriosa, que siempre hemos conservado con celo en casa (y hoy tiene mi hermana Natalia en su casa de Estados Unidos). Recuerdo las cosas que me contaba, de abuelo a nieto, a mis 3, 4, 5 años, cuando aún sólo le escuchaba y no le había hecho ninguna travesura años más tarde en Benidorm. Eran famosos sus capones con el dedo medio a puño cerrado entre todos sus nietos, mis hermanos y mis primos, cuando se enfadaba con alguno; también sus bastonazos cuando se nos escapaba alguna palabra, a su juicio, malsonante; pero también eran famosas entre nosotros sus pagas de cien pesetas los fines de semana, y las golosinas que nos traía para deleitarnos viendo la tele en familia las tardes de domingo. También perduran en nuestra memoria algunas frases y dichos suyos típicos como: "le digo guardia, que la vida...", "si Franco levantara cabeza", o "¡aaah-migo!". Era un buen hombre, fiel a su nombre, Modesto. Estaba en sus ochenta desde que yo recuerdo, achacado por enfermedades que iban y venían, siempre con sus medicamentos y su peculiar manera de mezclarlos en el agua moviendo el vaso a una mano, y recordándonos los modales frecuentemente en la mesa y fuera de ella. A veces daba la sensación de que se quejaba demasiado, pero pasar de los 80 justifica esta actitud. A pesar de ello, también charlaba mucho, nos contaba cuando podía muchas memorias y anécdotas de su juventud y jugaba con nosotros a las cartas o a otros juegos haciendo alardes de picaresca, la de sus tiempos.

          - Mi padre, Pedro: Nacido el 9 de enero de 1934, en Torrijos (Toledo); fallecido el 11 de septiembre de 2010, en Torrijos (Toledo).
          *Murió cuando yo tenía 31 años, de enfermedad senil: alzheimer.     
  
            Mi padre ha sido, sin duda, y su recuerdo hace que siga siendo creo, la persona más influyente en mi vida. Él me enseñó muchas cosas desde mi infancia, y siempre me ha dedicado tiempo para jugar conmigo y formarme para que yo llegase a ser el hombre que él hubiera querido. Si yo aprendí a leer y a dominar las reglas aritméticas a temprana edad fue gracias a la motivación que él me indujo. Por supuesto, mi anhelo constante de aprender cosas nuevas a aquellas edades y mi portentosa capacidad intelectual me llevaron a aprender muchas cosas que satisfacían mi curiosidad infantil y que luego sorprenderían a propios a extraños, pero mi padre era como la piedra angular en la que se apoyaba mi certeza de que lo que había aprendido era verdad, útil, digno de mi confianza o no. Mi padre siempre ha sido una roca fuerte en quien confiar, como un ángel guardián que en última instancia me recordaba si debía hacer algo o no. Él siempre se preocupaba por mí, por mi formación, por mi porvenir. Él quería, como todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, verme feliz y crecer en sabiduría y salud en todos los aspectos: intelectual, física y afectivamente. Tuve una gran suerte cuando vivía en Benidorm, desde los 6 años en adelante, cuando el resto de mis hermanos iban poco a poco yéndose de esta ciudad para abrirse camino en la vida fuera, y quedábamos mi madre, él, mi hermana pequeña María y yo solos en casa, y él se volcó conmigo y en mi educación: estaba a sol y a sombra pendiente de llevarme al colegio, al Conservatorio, a las clases de inglés, al tenis, a casa de los amigos...(de María hay que decir que a ella también la llevaba y traía del colegio, pero de su formación complementaria, la pintura y el ballet, se ocupaba más mamá, así como de sus amigas).

Papá, en verano de 2007 en EE.UU.

            Pero sobre todo, lo que más ha hecho y ha insistido mi padre en mi vida es enseñarme quién es Dios y preocuparse por mi formación religiosa, no tanto por conocer muy bien el catecismo o la Biblia sino por tener unos valores cristianos y amar al prójimo como a nosotros mismos, en especial a los más necesitados; e incluso amar a los demás como Dios me ama a mí, intentar dar al hermano lo que Dios da por mí; transmitir el amor que recibo de Dios. Creer en Jesús y en su mensaje, tratar de ser bueno como Él y hacer lo que Él haría.

            A parte de mi formación religiosa, pero muy ligada a ella, el regalo especial que mi padre no ha hecho con ningún otro de mis hermanos es el de fomentar mi afición por la música y mi formación como músico. Tan pronto como un amigo le dijo que yo tenía talento para la música, mi padre empezó a llevarme a clases de solfeo, me apuntó a la Escuela de Música en Benidorm y cuando hice la 1ª Comunión me regaló mi primer piano. Este regalo siempre fue un símbolo para mí: el piano y mi dedicación a él, a tocarlo bien, supone un acto de comunión con Jesús; es lo que papá y Jesús siempre han querido que me dedique en la vida. "Que llegues a ser un buen pianista" era la última frase de la dedicatoria que me firmó en la tarjeta de felicitación familiar en mi 16º cumpleaños. Cuánta ilusión, cuánto esfuerzo y cuántas lágrimas habrá destilado papá para que su sueño de hijo Jorge pianista se convirtiera en realidad. Así que yo hoy pienso que si un día quiero ver a papá y a Jesús en el cielo debería hacer que ese sueño sea una realidad todos los días de mi vida. Y no cuesta tanto, sólo ser el hombre que papá y Dios siempre han querido que su hijo Jorge sea; limpiarme y despojarme de las cosas que me impiden hacerlo y tocarlo como mis profesores pero sobre todo Él me ha enseñado, todos los días de mi vida.
            Me acuerdo cómo disfrutabas, papá, cuando me escuchabas tocar el piano, se reconfortaba tu alma y a la vez rezabas, y estabas con Dios, y todos tus hijos y mamá y toda tu familia contigo. Es lo que siempre has querido; hasta con tus últimas palabras solías repetirlo. Por eso yo, tocando el piano, y toda la familia juntos, queremos estar: "siempre contigo".

(*Note el lector, y si no lo nota yo lo digo, que me he emocionado al acabar de escribir las líneas anteriores, y no es parar menos. Por eso abro aquí un paréntesis para expresar este sentimiento, a familiares y lectores todos. Y a continuación prosigo mi descripción de la familia, con los que, hasta que Dios quiera, seguimos en este mundo).

Mis padres, Pedro y Natalia. Foto de 2005-2008. Probablemente en la Comunión de mi sobrino Alfonso Jesús, en 2005.

          - Mi madre, Natalia: Nacida el 1 de agosto de 1943, en Madrid.

          Mi madre ha sido y seguirá siendo hasta que Dios quiera, el alma de mi familia. El sol (como buena leo), el eje central alrededor del que giramos los demás miembros. Cuando hay que tomar una decisión familiar de cierta trascendencia para todos, ella es el centro neurálgico para determinar lo que hay que a hacer. Debemos hacérselo saber todo a ella, porque ella está tranquila al saber lo que hacemos cada uno de sus hijos, y no queremos que se turbe su tranquilidad, que viene a ser, prácticamente, la de la familia. Como buena madre de no menos que ocho hijos, merece que la tratemos con todo nuestro cariño por todo el que ella nos ha dado por más de medio siglo (ya a los más mayores). Y ahí sigue, aunque los años no pasan en balde, con el mismo entusiasmo y ánimo arropándonos a todos (a algunos más que a otros, todo hay que decirlo, pero queriéndonos a todos igual, por supuesto), pendiente de todos y dándonos siempre su apoyo y su amor en todo momento.

Mamá, sentada en el jardín de la casa de Benidorm, con Linda, la gatita que tuvimos desde 1999.
Foto de entre 2001-2006.

          En cuanto a lo que ha hecho y hace por mí, no hay número de líneas ni palabras para describirlo. El amor de una madre por un hijo es indescriptible, desde el momento que nos acoge en su seno. Sólo quiero pedirle perdón por los disgustos que le he podido dar durante estos 37 años de mi existencia desde que me hizo ver la luz del mundo hasta el día de hoy, y decirte que te quiero mucho, mamá. Tú sabes que te quiero, cómo y cuánto te quiero, y espero demostrártelo con detalles, que nunca serán tantos y tan grandes como los que tú has tenido hacia mí, que te hagan sentirte contenta por haber tenido a este hijo. Sobran las palabras. Tocaré el piano y con mi música te diré: "mamá, te quiero", y quiero estar siempre contigo.

          *"Siempre contigo" es, desde que murió papá, nuestro lema familiar. Y es que en esta familia, como en todas, pienso, tenemos que cumplir la voluntad de nuestros padres terrenal y celestial, y estar todos siempre unidos.

Foto tomada en el verano de 1997, en la que aparecemos toda la familia. Del fondo hacia adelante, de izquierda a derecha: Papá, mamá; Natalia, María, Mari Carmen; Jesús, Ángel y yo; José y Pedro.

          A continuación hago una lista de los ocho hermanos, con nuestros datos civiles principales:

          - Pedro Miguel: Nacido el 19 de abril de 1964, en Madrid.
Vive en Torrijos (Toledo). Doctor y profesor de filosofía. Casado con Ana Isabel Alonso Carrillo y padre de tres hijos: Carlos Julián (26), Pedro Miguel (24) y Alfonso Jesús (19).

          - Ángel: Nacido el 23 de marzo de 1965, en Torrijos (Toledo).
Vive en Valencia. Informático. Soltero.

          - José María: Nacido el 2 de mayo de 1966, en Torrijos (Toledo).
Vive en Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Filólogo y profesor de inglés. Casado con Toñi Salor Jiménez y padre de un hijo: José Andrés (28).

          - Mari Carmen: Nacida el 10 de julio de 1967, en Torrijos (Toledo).
Vive en Lowestoft (Inglaterra). Casada con Steve Hindes y madre de dos hijos: Michael (19) y Richard (17).

          - Jesús: Nacido el 6 de noviembre de 1968, en Madrid.
Vive en Madrid. Psicólogo. Casado de hecho con Roser.

          - Natalia: Nacida el 19 de diciembre de 1970, en Toledo.
Vive en Everett (WA, Estados Unidos). Casada con Steve Douglas Winecoff y madre de dos hijos: Cristina María (21) y Andrew David (18).

          - Jorge Juan (yo): Nacido el 19 de diciembre de 1978, en Toledo.
Vivo en Torrijos (Toledo). Músico. Soltero.

          - María Isabel: Nacida el 17 de noviembre de 1981, en Toledo.
Vive en Lynnwood (WA, Estados Unidos). Diseñadora gráfica. Casada con Daniel Carpenter y madre de dos hijas gemelas: Faith María y Hope Isabel (1).

Mis sobrinas Faith y Hope, hijas gemelas de mi hermana María Isabel, nacidas el 22 de diciembre de 2014. Foto de finales de 2016 o principios de 2017, teniendo ellas alrededor de dos años.

1 comentario:

  1. *Este enlace conduce a una canción en youtube que me lleva a muchos de aquellos recuerdos de infancia con mi familia y mi música: "El caracol". (Copiar y pegar en la barra de direcciones, pues de momento no sé cómo se activa un link en el blog).

    https://www.youtube.com/watch?v=-XhTwjTCm9s


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